“Jesús estaría más cerca de los zapatistas que de muchos cristianos”: Javier Cercas, autor de “El loco de Dios”.

En la FIL de Guadalajara ocurrió una de esas declaraciones que incomodan a quien presume moral desde el púlpito pero practica la exclusión desde el privilegio. Durante una entrevista con EL PAÍS, Javier Cercas, autor de El loco de Dios, lanzó una frase que partió en dos el salón de lectura: “Si Jesús volviera hoy, sería más amigo de los zapatistas que de los de VOX, porque a los migrantes hay que acogerlos.”

(Vox: el partido de extrema derecha de España.)

Cercas —ateo militante, anticlerical confeso y, paradójicamente, invitado por el Vaticano a viajar con el Papa Francisco para escribir este libro— sostiene que el cristianismo contemporáneo se parece muy poco al mensaje que Jesús predicó en los Evangelios. Según él, gran parte del cristianismo actual está demasiado cerca del poder, de los ricos, de quienes levantan fronteras en nombre de la seguridad pero cierran corazones en nombre del privilegio.

Y tiene razón: su frase duele porque expone una verdad incómoda.

Jesús habló de acoger al extranjero, no de expulsarlo.

Habló de alimentar al hambriento, no de culparlo por ser pobre.

Denunció la acumulación obscena de riqueza, no la aplaudió.

Y vivió del lado de los oprimidos, no de quienes los sometían.

Hoy, sin embargo, muchos cristianos se sienten más identificados con los discursos de odio de la derecha que con los valores fundacionales de su propia fe. Marchan “por Dios” al mismo tiempo que rechazan a migrantes, indígenas, pobres y disidencias. Celebran partidos como VOX sin notar que su agenda política contradice casi cada línea del Sermón de la Montaña.

Por eso la frase de Cercas —que pronunció ante miles de lectores en la FIL— es tan poderosa: revela que la izquierda defiende causas profundamente cristianas sin necesidad de colgarse crucifijos. Solidaridad, acogida, justicia, humildad, reparto equitativo de la riqueza, conciencia de los privilegios que sostienen injusticias: todas esas ideas están en el centro tanto del mensaje de Jesús como del ideal progresista.

Y al revés, muchos de los que se golpean el pecho en nombre de la fe apoyan agendas económicas y políticas que Jesús habría rechazado de inmediato.

La entrevista de Cercas expone esa grieta espiritual.

No cuestiona la fe —cuestiona la hipocresía.

No critica a Jesús —critica al cristianismo que se alejó de él.

En un país como México, donde millones creen pero pocos practican, vale la pena escuchar a un ateo que, irónicamente, entiende mejor el mensaje de Jesús que muchos que lo usan para justificar injusticias.

Porque al final, esta es la pregunta que deja flotando en el aire:

si Jesús regresara hoy… ¿de qué lado estaría?

Y quizá la respuesta ya la dio Cercas: del lado de los que luchan por dignidad, tierra, derechos y refugio. Del lado de quienes han sido vulnerados por siglos.

No del lado de quienes convierten la fe en un arma política para proteger sus privilegios.

EpicentroMX