Empresas mexicanas descubren que la flexibilidad es clave para retener talento
- Redacción
- 9 oct
- 2 Min. de lectura

Lejos de significar desorden o pérdida de control, la flexibilidad laboral se está consolidando como una herramienta clave para aumentar la productividad y mejorar el bienestar de los trabajadores. Tras la pandemia, tanto empleados como empresas han redefinido sus prioridades y expectativas sobre el trabajo, y el resultado ha sido una transformación positiva en la forma de operar.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH), las organizaciones que implementan esquemas híbridos presentan 14% menos rotación de personal en comparación con aquellas que mantienen modelos completamente presenciales. Este cambio no solo reduce los costos de reclutamiento, sino que también fomenta la lealtad y el compromiso del talento humano.
“Ser flexible no es sinónimo de perder el control”, explican desde Salles Sainz, Grant Thornton, donde destacan que los modelos laborales más exitosos son aquellos que logran un equilibrio entre las necesidades del negocio y las de las personas.
Según la firma, las empresas con mejores resultados aplican tres estrategias clave:
Escuchar: Conocer lo que los colaboradores necesitan para rendir mejor, ya sea trabajar algunos días desde casa, tener horarios escalonados o recibir apoyo para su bienestar físico y mental.
Medir: Establecer indicadores claros de desempeño, de modo que los resultados se basen en objetivos y no en la presencia física.
Ajustar: Implementar cambios graduales y evaluar su impacto, permitiendo que la cultura organizacional evolucione sin perder consistencia.
“La flexibilidad bien implementada no significa menos trabajo, significa más productividad y mejor calidad de vida”, señalan desde la consultora. Además, resaltan que las empresas que diseñan políticas laborales alineadas con las expectativas de su equipo están construyendo una ventaja competitiva para el futuro.
El desafío ahora no es contar las horas en la oficina, sino generar valor sin importar el lugar desde donde se trabaje. Y la gran pregunta para los líderes es clara: ¿están creando las condiciones para que su gente dé lo mejor de sí? Si la respuesta es no, la flexibilidad puede ser el primer paso para cambiarlo.






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