Thanksgiving y NFL: cómo Detroit y Dallas se volvieron protagonistas
- Redacción
- 24 nov
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El Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, celebrado cada cuarto jueves de noviembre, se ha convertido en una fecha inseparable del futbol americano. Desde hace décadas, la NFL forma parte central de esta festividad, acompañando los preparativos y reuniones familiares con una cartelera especial que millones de personas siguen en televisión.
Entre los equipos que protagonizan de manera fija esta jornada destacan los Detroit Lions y los Dallas Cowboys, cuya participación anual responde a decisiones estratégicas que, con el tiempo, se transformaron en tradición.
La costumbre inició en 1934, cuando G.A. Richards, entonces propietario de los Lions, decidió aprovechar Thanksgiving para dar mayor visibilidad a su joven franquicia. Aquel primer encuentro, disputado ante Chicago, convocó a más de 26 mil aficionados, y la respuesta del público, así como el impacto de la transmisión radial, impulsaron a Richards a repetir el concepto cada año. La única pausa ocurrió entre 1939 y 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.
Décadas después, en 1966, los Dallas Cowboys se sumaron a la celebración. Su gerente general, Tex Schramm, identificó en este día una oportunidad televisiva única: poca competencia en pantalla y un enorme potencial para fortalecer la marca del equipo. La apuesta resultó exitosa, con estadios llenos y altos niveles de audiencia, lo que llevó a Dallas a convertirse también en anfitrión permanente.
Aunque entre 1975 y 1977 la liga intentó sustituir a los Cowboys por los St. Louis Cardinals, el experimento terminó en fracaso debido a la baja respuesta del público y la caída en los ratings. Ante ello, el comisionado Pete Rozelle restableció de manera definitiva la presencia de Dallas en esta jornada.
Con el paso del tiempo, los partidos de Thanksgiving han cobrado mayor importancia deportiva, pues coinciden con la etapa del calendario en la que comienzan a perfilarse los equipos rumbo a los playoffs. En 2006, la NFL añadió un tercer juego nocturno, sin equipo fijo, para completar una jornada que hoy se ha consolidado como uno de los sellos distintivos de la liga y una tradición que acompaña a millones de aficionados mientras preparan la cena festiva.






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