Comprar una casa en México exige ganar más de 64 mil pesos al mes
- Redacción
- 21 oct
- 2 Min. de lectura

Adquirir una vivienda en México se ha convertido en un objetivo cada vez más inalcanzable para millones de personas. El aumento constante en los precios de los inmuebles, el lento crecimiento de los salarios y la alta informalidad laboral han reducido drásticamente las posibilidades de acceder a un crédito hipotecario.
De acuerdo con datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), el precio promedio de una vivienda en el país es de 1.8 millones de pesos. Según estimaciones de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), para obtener un crédito que permita adquirir una propiedad de ese valor, una persona debería percibir alrededor de 64 mil pesos mensuales.
Sin embargo, la realidad económica del país dista mucho de esa cifra. El presidente nacional de la AMPI, Karim Antonio Oviedo Ramírez, señaló que más de la mitad de la población (52%) se encuentra en la economía informal, con ingresos promedio de apenas 17 mil pesos mensuales, equivalentes a dos salarios mínimos.
“Tendrían que juntarse tres personas para poder comprar una vivienda de valor promedio actual, ese es el verdadero reto que tenemos todos enfrente”, advirtió Oviedo.
📈 Los precios suben más rápido que los salarios
El incremento en el costo de la vivienda no es un fenómeno nuevo. Según Enrique Margain, director de Crédito Hipotecario en Mifel, en la última década los precios de los inmuebles han crecido 8.4% anual, superando tanto la inflación como el aumento salarial.
“Hay una brecha porque el precio de las viviendas crece más rápido que los salarios. Esto implica que las personas tarden muchos más años en comprar una casa. El universo de familias que pueden tener el ingreso necesario es muy acotado”, explicó el especialista.
💸 Dificultades para acceder a crédito
Además del encarecimiento de la vivienda, otro obstáculo importante es el acceso al financiamiento. Margain detalló que el mercado hipotecario se concentra en trabajadores asalariados, es decir, aquellos con ingresos comprobables mediante recibos de nómina.
En cambio, el segmento de trabajadores no afiliados o informales —que incluye a independientes o autoempleados— apenas representa 30% del total de créditos hipotecarios otorgados.
“Se requiere poder predecir de manera más acertada la capacidad de pago de este segmento de la población para darle un crédito de acuerdo con sus necesidades. Fomentar la bancarización, crear esquemas de ahorro que permitan llegar a un enganche, aprovechando las tecnologías actuales”, señaló Margain.
Los especialistas advierten que, si el déficit habitacional no se revierte en los próximos cinco años, México podría enfrentar una crisis de vivienda con profundas repercusiones económicas y sociales.






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