Tretze: La nueva era del lujo estético en la Roma✨
- Redacción
- 11 nov
- 2 Min. de lectura

Tretze es más que una clínica de belleza. Es un espacio donde la ciencia se convierte en experiencia sensorial y la tecnología adquiere una dimensión humana. En el corazón de la colonia Roma, en Zacatecas 70, se erige un santuario contemporáneo de bienestar que redefine el concepto de lujo en la medicina estética mexicana.
Aquí, la estética no se reduce a una transformación física: es una filosofía de equilibrio y refinamiento personal. En Tretze, el bienestar se vive como un ritual. Cada elemento —la luz tenue, la música envolvente, las fragancias que evocan pureza— ha sido cuidadosamente orquestado para ofrecer una pausa del mundo exterior. Es un espacio donde se respira calma, donde la piel y la mente se reconcilian.

Tretze encarna la sofisticación del wellness consciente, ese que no busca cambiar, sino armonizar. La experiencia comienza desde el primer contacto: una recepción que se siente más como un gesto que como un protocolo. La cortesía exacta, el tono de voz sereno, la promesa tácita de que aquí todo ocurre con propósito. Nada es improvisado; cada detalle está pensado para quien exige excelencia. En Tretze, el lujo no grita: susurra en la precisión de lo invisible.
El espacio seduce con su diseño minimalista y su atmósfera envolvente, convirtiéndolo en un refugio para quienes valoran la estética como una extensión del bienestar integral. Aquí, el tiempo se desacelera y el cuerpo recuerda lo que significa sentirse bien.
El equipo, conformado por mujeres profesionales y altamente especializadas, refleja el liderazgo empático y visionario de su directora, la doctora Fátima Fernández, una referente nacional en medicina estética contemporánea. Su filosofía es clara: realzar sin alterar.

Cada procedimiento es más que una intervención: es una conversación entre la ciencia, la anatomía y la autenticidad de quien lo recibe. Por eso, Tretze ha elevado la medicina estética a una disciplina emocional, donde la confianza, la elegancia y la serenidad son parte del tratamiento.
En un mundo que celebra lo inmediato, Tretze invita a detenerse. A mirarse con calma, a reconectarse con la propia esencia. Es el lugar donde la belleza se entiende como bienestar y el bienestar, como un lujo personal.
Tretze no solo se visita: se vive.
Y quienes la descubren no buscan otra cosa, porque aquí —entre la ciencia y la calma— la perfección tiene nombre.











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