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Unidad sindical nacional exige acelerar la jornada de 40 horas

  • Redacción
  • 19 nov
  • 2 Min. de lectura

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El debate sobre la reducción de la jornada laboral volvió a encenderse este miércoles en el Poder Legislativo, luego de que sindicatos de todo el país acudieran a San Lázaro para exigir que la Cámara de Diputados apruebe sin más demoras la reforma que disminuye la jornada semanal de 48 a 40 horas.


Durante el mitin, Francisco Hernández Juárez, secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), encabezó el posicionamiento sindical y advirtió que no permitirán que la propuesta sea limitada por presiones empresariales. En su mensaje, reiteró: “La clase trabajadora no puede seguir esperando. La reforma debe aprobarse ya, sin excepciones ni atajos que afecten los derechos laborales”.


A la movilización se sumaron organizaciones de sectores como telecomunicaciones, minería, transporte, manufactura, educación, energía y servicios públicos. También participaron agrupaciones como la UNT, el Frente Sindical Mexicano, la Confederación de Sindicatos Unidos por la Transformación y diversos gremios regionales, quienes coincidieron en que el retraso legislativo responde a intereses que buscan bloquear un derecho reconocido a nivel internacional.


Desde el templete, los dirigentes alertaron que la postergación del dictamen ha generado propuestas que, a su juicio, implican un retroceso, como la reducción del costo de horas extra, la flexibilización de la contratación eventual o la implementación de la jornada de 40 horas mediante acuerdos particulares. Su postura fue contundente: “No vamos a permitir que la reforma sea vaciada de contenido. No se trata de voluntades empresariales ni de arreglos parciales: es un derecho que debe quedar claro en la Constitución y aplicarse a todas y todos”.


Hernández Juárez añadió que esta modificación es parte esencial de la transformación laboral que se ha impulsado en los últimos años. Subrayó que el sindicalismo democrático debe mantenerse unido para evitar retrocesos: “Si los sindicatos no empujamos, el viejo régimen regresará. Por eso hoy estamos aquí unidos, porque cada conflicto que enfrenta una organización está conectado con el resto. Si no actuamos juntos, seguiremos aislados frente a los abusos”.


Las organizaciones presentes recordaron que México continúa entre los países con jornadas más extensas dentro de la OCDE y alertaron sobre el aumento de problemas como estrés, desgaste mental y daños a la salud derivados de la sobrecarga de trabajo. Por ello, insistieron en que la discusión no debe trasladarse al cierre del año ni quedar sujeta a negociaciones condicionadas.


El llamado final, dirigido de forma directa a los legisladores, fue claro: “La jornada de 40 horas es un estándar global y una deuda histórica con la clase trabajadora. No hay argumento técnico ni económico que justifique seguir retrasándola”, remató Hernández Juárez.

El movimiento sindical mostró una cohesión poco común, convencido de que la decisión que tome el Congreso en los próximos días será decisiva para el futuro del modelo laboral mexicano.

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